En el jardín del amor

En el jardín del amor, las estaciones bailan, cada una una melodía distinta, una danza encantada. Primavera, el despertar, el renacer del corazón, donde los brotes de pasión florecen en la canción.

Los días se alargan, el sol acaricia tiernamente, como el amor joven, brillante y reluciente. Cual capullos que estallan, los corazones se abren, en el suave susurro del viento, los amantes se envuelven.

Verano, ardiente y apasionado, con su fuego abrasador, como el amor que quema, con un calor avasallador. Las noches son un suspiro de pasión y deseo, bajo el manto estrellado, se encuentran los amantes, en anhelo.

Pero llega el otoño, con su melancolía en el aire, las hojas caen, como lágrimas en el bosque, a desvanecer. El amor se desvanece, como los colores del follaje, en la brisa fría, los corazones se sumergen en el ahogo.

Invierno, la calma después de la tormenta, la serenidad en la nieve, como el amor que se retira, buscando refugio en lo que se atreve. Bajo el manto blanco, los corazones encuentran paz, en el silencio del invierno, el amor se renueva, en su faz.

Así es el viaje del amor, a través de las estaciones del año, una danza eterna, un ciclo que nunca deja de asombrar. En la naturaleza encontramos el reflejo de nuestro sentir, en cada estación, en cada cambio, el amor nos hace vivir.

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