Apocalipsis Corporal

Consagramos este lecho
como los sacerdotes
consagran el vino:
con manos temblorosas
y una fe que quema
más que el sol de mediodía.

Tus dedos son mis cirios,
mi aliento tu incensario,
y entre los pliegues
de esta liturgia nocturna
inventamos un dios
que sonríe ante el gemido
y bendice el pecado
de dos cuerpos
que se descifran
como profecías antiguas.

Pero tú,
amante de promesas rotas,
me dejaste en el versículo 13
cuando el éxtasis
ya escribía
su último aleluya
en mi columna vertebral.

Ahora soy
un templo abandonado
donde los ángeles
masturban su frustración
con las astillas
de la cruz
que nunca terminamos
de clavar.


Explicación:
Este poema lleva la metáfora religiosa al extremo, convirtiendo el acto amoroso en una ceremonia sagrada interrumpida. La voz poética alterna entre lo devocional y lo profano, utilizando imágenes de culto (cirios, incensario, templo) para describir tanto la entrega como el abandono. El clímax del poema presenta una imagen poderosa de frustración sexual como sacrilegio, donde hasta los ángeles participan de la blasfemia.

Prompt para imagen:
«Pintura al óleo estilo barroco tenebrista: un cuerpo yacente sobre un altar de sábanas blancas rasgadas, iluminado por velas derretidas que forman figuras eróticas. Detalles: ángeles desnudos con expresiones de agonía recogen gotas de sudor en cálices, un rosario enredado en los barrotes de la cama. En el fondo, un crucifijo derretido gotea cera sobre el torso. Paleta: rojos carmesí, negros azulados y dorados oxidados. Estilo: fusión entre Caravaggio y arte surrealista contemporáneo.»

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