Me Quedé Donde Sí Me Esperaban

Ya no llego donde no hay sillas para mí,
donde mi nombre se pronuncia solo cuando conviene,
donde las miradas pesan menos que las ausencias.

He aprendido a no tocar puertas cerradas,
a no plantar jardines donde solo hay cemento,
a no encender luces en casas que no me quieren dentro.

Si no me piensas,
no me busques.
Si no me eliges,
no me esperes.

No fue orgullo, fue instinto.
Fue amor por mí lo que me alejó de ti.
Porque entendí que ser opción
es la forma más sutil de desaparecer.

Hoy me celebro en lugares donde no me cuestionan,
donde mi risa no es ruido,
donde mi presencia no interrumpe.

Y ahí me quedo.
Donde soy, donde me abrazan sin pedirme que me encoja,
donde no me ignoran, ni me usan, ni me olvidan.


Explicación del poema:
Este poema es una afirmación emocional sobre el valor propio. Habla desde la conciencia íntima de alguien que ya no se conforma con migajas afectivas. Sin agresividad, expresa el proceso de dejar de buscar validación en quienes no supieron darla, y de reencontrarse con un entorno que sí nutre. La melancolía del desengaño se transforma en una esperanza viva y poderosa: la de saberse digno, completo, suficiente.


Prompt para imagen (en español):
Una persona de pie frente a una puerta abierta, detrás de ella un jardín florido iluminado por la luz suave del atardecer. A sus espaldas, un sendero gris y vacío que se desvanece en la niebla. La figura está quieta pero decidida, con postura erguida y expresión serena. El ambiente debe transmitir la transición de la desolación al renacer emocional, con énfasis en el contraste entre lo marchito y lo vivo. Que inspire libertad, paz interior y la firmeza de quien ha aprendido a elegir su lugar.

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