Hoy, en mi día de San Juan,
la noche me enciende por dentro.
No sé si es por ti,
o por todo lo que aún me falta.
Las playas se adornan de fuego,
y yo,
yo me adorno de recuerdos.
Hay algo en la llama
que sabe mi nombre
aunque nadie lo pronuncie.
Las voces llegan en ráfagas,
como brasas que no queman
pero dejan marcas,
como tus palabras,
que nunca fueron ceniza,
aunque ahora no estén.
Quise verte entre la multitud,
pero te encontré en el silencio,
donde el ruido se quiebra
y sólo queda lo cierto:
que te pienso más cuando la luz baja,
que te extraño incluso en las fiestas,
que mi celebración es pensar
que tal vez también me piensas.
Hoy no hay regalos,
pero la memoria me envuelve
como una manta tejida con deseo.
Y aunque bailen otros,
aunque ardan mil hogueras,
la llama que más arde
es la que dejaste encendida
dentro de mí.
Explicación del poema:
“La Llama que Me Nombra” es un poema que utiliza el contexto simbólico de la festividad de San Juan (fuego, noche, renovación) para expresar el anhelo profundo hacia un ser amado, tal vez ausente, tal vez idealizado. El fuego externo se convierte en una metáfora del fuego interno: la pasión que arde silenciosamente, la nostalgia que ilumina lo que ya no está, pero permanece en lo invisible. La celebración se vuelve íntima y contemplativa, explorando cómo el amor puede sobrevivir al tiempo, a la distancia, e incluso a la ausencia.
Prompt para imagen:
«Una persona de género neutro contemplando una hoguera solitaria en la playa durante la noche de San Juan. A lo lejos, se ven otras fogatas encendidas, gente celebrando, pero la figura central está aislada, mirando el fuego con una expresión de melancólica serenidad. El cielo está estrellado, con reflejos dorados y anaranjados iluminando el mar oscuro. El fuego que observa parece tener forma de un corazón abstracto o una silueta difusa, como si representara a alguien ausente. Estilo artístico poético y atmosférico, con tonos cálidos y sombras profundas, transmitiendo nostalgia, deseo y esperanza.»