El Cruce Inesperado

7 –

(El amor a veces llega como dos caminos que, sin aviso, se encuentran en la misma senda.)

Tomé un desvío sin pensarlo,
una calle que nunca cruzaba,
y allí estabas tú, de espaldas al mundo,
mirando el horizonte con alma callada.

No era mi ruta, ni mi horario,
pero el día cambió su compás,
como si el viento, sabio y travieso,
me llevara directo a tu paz.

No supe si era azar o destino,
si el universo jugaba su juego,
pero en el instante en que me miraste,
supe que no era un encuentro ligero.

Dos senderos que nunca debieron cruzarse
se unieron sin lógica ni razón,
y en la locura de aquella coincidencia
descubrí el mapa de mi corazón.

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