
Te llevaste partes de mí
que no sabías nombrar,
y dejaste el silencio
como única respuesta.
Durante años, llevé tu herida
como si fuera una joya
que ardía en mi pecho
sin relucir para nadie.
Te odié sin ruido,
con la intensidad callada
de quien no desea venganza,
solo paz.
Pero un día,
la luz no pidió permiso
y entró en mí.
Comprendí que perdonar
no era absolverte,
ni darte razón,
ni abrazar tu sombra…
Perdonar fue soltar
el peso de tu nombre
de mis pensamientos,
quitarte el poder
de torcer mi ternura.
No por ti,
sino por mí.
Porque merezco el amor
que florece donde no llega el rencor.
Explicación del poema:
Este poema trata sobre el proceso íntimo del perdón y su impacto en el corazón humano. Lejos de justificar el daño recibido, la voz poética reconoce el dolor profundo y lo transita hasta llegar a la liberación emocional. El perdón se transforma en un acto de autoamor, de reconstrucción desde la desolación hacia una esperanza que no depende del otro, sino del propio renacer interior.
Prompt para imagen (en español):
Una figura solitaria de espaldas en un campo abierto al amanecer, con los brazos colgando relajadamente, dejando caer una piedra que tenía entre las manos. El cielo se tiñe de colores cálidos, mezclando tonos de azul suave, dorado y rosa. A lo lejos, se insinúa la silueta de un árbol floreciendo. La escena transmite liberación emocional, introspección y una esperanza que comienza a surgir después del dolor.
