
Aprendí a medir distancias
no en pasos,
sino en silencios acumulados,
en llamadas que nunca llegaron
y en puertas que sólo se abren
cuando otras se cierran.
Hay una física distinta
para los corazones:
la atracción no se negocia,
el espacio vacío
revela más que las palabras,
y todo lo que no es reciproco
termina por caerse
de la mesa del tiempo.
Construí un altar
con las migajas que dejé de aceptar,
y descubrí que el amor propio
también sabe a pan recién horneado
cuando se amasa con dignidad.
Ahora mis ausencias
tienen el peso exacto
de lo que nunca me diste,
y mis pasos atrás
dibujan el contorno
de todo lo que merezco.
Explicación:
El poema transforma los principios de autoestima en una metáfora física/emocional, utilizando imágenes científicas y cotidianas para hablar de relaciones asimétricas. La voz poética equilibra dolor y empoderamiento.
Prompt para la imagen:
«Una balanza antigua suspendida en el vacío: un plato contiene un corazón de oro, el otro está vacío pero inclinado hacia abajo. Fondo de constelaciones y migajas de pan flotando. Estilo surrealista con tonos oscuros, detalles dorados y texturas de pergamino antiguo.»
