8 –
(Cuando el amor irrumpe sin previo aviso y lo cambia todo en un instante.)
No hubo anuncio,
ni un leve temblor en el aire,
ni un reloj marcando la hora exacta
en que tu voz dijo mi nombre.
Fue un relámpago en la penumbra,
una ráfaga que incendió el momento,
y sin saber cómo ni por qué,
todo lo que era se volvió incierto.
Mi vida era un tren de rutas fijas,
horarios precisos, pasos contados,
pero tu risa quebró la quietud
como un trueno de fuego callado.
Desde entonces, ya no sigo mapas,
ya no temo a la lluvia ni al viento,
porque entendí que algunos amores
llegan como relámpagos en el tiempo.