El Precio del Olvido

He soltado tanto y a tantos,
que mis manos ya no recuerdan el peso.
Dejé caer el rencor como hojas secas,
pero el viento nunca las llevó del todo.

He perdonado en voz alta,
con el alma muda y desgastada,
preguntándome si alguien más
hubiera hecho lo mismo por mí.

Y aunque el perdón me ha abierto caminos,
también ha cerrado puertas.
Me ha vuelto un espectador distante,
mirando el mundo sin querer tocarlo.

No es tristeza,
es el eco de una elección,
un pacto silencioso conmigo misma.
No es soledad,
es la calma de no cargar más
lo que nunca fue mío.

Deja una respuesta

© 2007 - GPS-971.com. Todos los derechos reservados.
Desarrollado por www.gps-971.com