
He vagado por valles de niebla espesa,
donde el «casi» es un eco y el «tal vez» una promesa,
donde el fuego es fugaz, apenas una pavesa
que el alba devora sin dejar entereza.
Conozco el desamparo de la corriente incierta,
de la mano que roza y deja la puerta abierta,
una desolación callada, pero certera.
Por eso no ofrezco mi tiempo a la marea,
ni construyo mi nido donde el viento airea
promesas vacías, una efímera idea.
Mi alma no es un puerto de paso, una aldea
que se visita y olvida. Mi ser se cimbrea
buscando la raíz que nutre y que crea,
no el brillo que ciega y al final, te asea.
Yo anhelo la calma de la tierra labrada,
la honesta constancia de una luz anhelada,
la estable certeza de una casa habitada
por dos voluntades en una enlazadas.
Ofrezco un paisaje de intención declarada,
la paz de una tregua por fin conquistada,
la fuerza serena de una fe compartida.
Y si llaman cursi a esta entrega sin velos,
a este terco empeño de fundir dos anhelos,
es que no comprenden los sagrados desvelos
de quien planta un árbol que ha de tocar los cielos.
Mi corazón no es juego, es el más fiel de mis celos,
un músculo firme que aborrece los duelos
nacidos del miedo y los falsos señuelos.
Así que me encuentras en esta orilla, vibrante,
con una esperanza tenaz y constante.
No es orgullo, es el mapa de un navegante
que busca un destino, un faro radiante.
Reconozco el valor de un amor que es garante
de un puerto seguro, un refugio amante,
un hoy que es cimiento del próximo instante.
Pequeña Explicación del Poema:
«Brújula de un Corazón Anclado» es una declaración poética de principios sobre el amor. Se aleja de la cultura de la ambigüedad y las conexiones superficiales para abrazar un ideal de relación basado en la certeza, la estabilidad y la inversión emocional mutua.
El poema comienza describiendo una sensación de desolación («valles de niebla espesa», «desamparo de la corriente incierta») fruto de experiencias con amores fugaces y poco definidos. A partir de ahí, se erige una voz firme que rechaza esta indefinición y expone lo que anhela: una conexión sólida y honesta, simbolizada en imágenes como «tierra labrada» y «casa habitada».
La melancolía del pasado se transforma en una vibrante esperanza y una fuerte autoafirmación. El poema defiende que «meterle corazón» a las cosas no es una debilidad, sino un acto de valentía y autoconocimiento («mi corazón no es juego»). El título, «Brújula de un Corazón Anclado», encapsula esta idea: la brújula representa la claridad de lo que se quiere, y el ancla simboliza la estabilidad y el compromiso que se busca y se ofrece.
Prompt para crear la imagen acorde con el texto del poema resultante:
Una figura solitaria y andrógina se encuentra de pie en un promontorio rocoso y firme, mirando hacia el horizonte. Detrás de la figura, se extiende un mar caótico y envuelto en una densa niebla, con olas inciertas y una luz grisácea y melancólica, simbolizando el pasado y las relaciones ambiguas. Sin embargo, la figura está bañada por la luz cálida y dorada de un único faro distante y potente, o de una estrella polar brillante en un cielo que empieza a despejarse. En su mano, la figura sostiene con firmeza una brújula antigua que también emite un suave resplandor, apuntando directamente hacia esa luz lejana. La atmósfera debe ser épica y emotiva, capturando el contraste entre la desolación de la niebla y la esperanza vibrante y determinada de la figura, cuya postura es de calma y convicción. El estilo debe ser pictórico, casi como una pintura romántica, pero con un toque moderno y simbólico.