
Te busco en la brisa que roza la tarde,
en la luz quebrada de un sol que se apaga,
en el eco fugaz de un ayer que persiste
como un hilo dorado entre mis pestañas.
A veces, la noche me cuenta secretos,
dice que el tiempo no borra del todo,
que ciertas estrellas, aunque se escondan,
siguen brillando detrás de los ojos.
Tal vez no te vea, pero sé que existes
en la curva sutil de un recuerdo tibio,
en la huella invisible que deja la risa
cuando ya no está, pero nunca se ha ido.