Quisiera no despertar,
no romper el cristal de esta noche
donde aún siento tu aliento
respirando en la orilla de mis pensamientos.
Hay un eco tuyo
que se queda,
como si mi alma tuviera memoria de tu piel.
Pecar, sí…
pero no como los libros lo condenan,
sino como lo sueñan los poetas:
con tacto de terciopelo
y una risa que desobedece al mundo.
Con la belleza de lo oculto
y la osadía de lo que se anhela.
Tus gestos,
mitad ternura, mitad incendio,
dibujan mapas secretos
donde perderse es arte
y encontrarse, redención.
Eres complicidad en forma de mirada,
una travesura vestida de calma,
una promesa no dicha
que vibra en el centro del silencio.
Y yo,
pecador de sueños,
testigo de tus abismos dulces,
sólo quiero seguir cayendo
con la elegancia de quien ama
aunque el mundo despierte.
Explicación del poema:
Donde el Sueño Arde con Elegancia es un poema que combina el deseo, la fantasía y la melancolía de los amores que se viven más intensamente en la mente y el corazón que en la realidad. Habla del anhelo de permanecer en un estado onírico donde el deseo es refinado y la conexión emocional, tan profunda como la piel. La figura amada se presenta como símbolo de complicidad y transgresión amorosa, pero siempre envuelta en una estética poética y elegante. El poema explora el amor que desafía los límites, pero lo hace con sensibilidad, belleza y un dejo de nostalgia por lo que quizás no podrá ser del todo.
Prompt para imagen inspirada en el poema:
Una escena onírica y romántica: dos siluetas cercanas, casi tocándose, dentro de una habitación sumida en una penumbra dorada. La atmósfera es íntima, envuelta en neblina suave y luces tenues. Detalles como una cama con sábanas desordenadas, una ventana abierta con la luna al fondo y pétalos en el aire refuerzan el simbolismo del sueño y el deseo. El estilo visual puede ser una pintura digital surrealista, con tonos cálidos, elementos flotantes, y una sensación de melancolía y deseo contenido. Que transmita complicidad, pasión refinada y belleza emocional.