En una feria de risas y encanto,
un rostro asoma, burlón y franco.
Entre hilos, encajes, y brillos en fila,
vende “cada tanga a un euro”, con una gran sonrisa.
Sostiene con gracia un modelo amarillo,
que brilla como el sol, pequeño y sencillo.
Con ojos traviesos y gesto sincero,
es el rey de las risas, vendedor verdadero.
Los transeúntes ríen, la escena es genial,
una feria de bromas y ropa casual.
En cada prenda, una chispa de humor,
en cada mirada, un guiño de amor.