Al principio guardé tu nombre
como un cuchillo entre mis costillas,
afilando cada recuerdo
hasta que la herida
se convirtió en mi mapa.
Pero un día descubrí
que el odio también es prisión,
que las cadenas más pesadas
son las que forjamos
con los pedazos de lo que fue.
Así que planté tu memoria
en el páramo más seco de mí,
sin riego de lágrimas,
sin el abono de los «y si…».
Dejé que el viento del tiempo
arrastrara cada sílaba tuya,
no porque merecieras libertad,
sino porque yo necesitaba
dejar de ser tu cicatriz
para volver a ser piel.
Explicación:
El poema aborda el perdón como un acto de liberación personal, utilizando imágenes de heridas, prisiones y elementos naturales para simbolizar el proceso emocional. La voz poética evoluciona desde el dolor hacia la aceptación, enfatizando que soltar el rencor es un regalo para uno mismo.
Prompt para la imagen:
«Una figura humana semitransparente de pie en un desierto, con un cuchillo oxidado clavado en el pecho que se transforma en pájaros volando. Al fondo, un sol naciente entre cadenas rotas. Estilo ilustración simbólica con tonos ocres, grises y un toque de dorado en el horizonte.»
