Teología de la Carne

Construimos altares
con las sábanas ardiendo,
sacramentos de saliva
y uñas que dibujan
credos en la espalda.

No hay pecado
en este evangelio
que escriben los muslos
al declamar amén
con temblor de estrellas.

El demonio sonríe
en los labios mordidos,
Dios suspira
cuando las caderas
inventan su propio
génesis sudoroso.

Pero la verdadera blasfemia
es este altar vacío,
este cáliz sin vino,
este cuerpo que clama
sin sacerdote
para su misa negra.


Explicación:
Este poema transforma la pasión carnal en una experiencia sagrada, utilizando imágenes religiosas (altares, sacramentos, misas) para contrastar con la sensualidad del acto amoroso. La voz poética juega con la dualidad pecado/redención, creando una atmósfera donde lo físico y lo espiritual se funden. El poema mantiene tensión entre lo prohibido y lo divino, terminando con la verdadera «blasfemia» de la insatisfacción.

Prompt para imagen:
«Fotografía surrealista de un dormitorio convertido en espacio sagrado: cama como altar con sábanas blancas en llamas controladas, sombras proyectando figuras en éxtasis en las paredes. Elementos religiosos distorsionados: un rosario de perlas de sudor, un cáliz derramando líquido rojo sobre el torso de una figura yacente. Iluminación dramática entre velas y luz de luna. Paleta: rojos cardinales, negros aterciopelados y dorados sacros.»

Deja una respuesta

© 2007 - GPS-971.com. Todos los derechos reservados.
Desarrollado por www.gps-971.com