
Imagino tu respiración
acompasada a la mía,
como si el tiempo supiera
que al fin ha llegado el hogar.
Hay una ausencia que me arropa,
como si tu sombra
fuese la única manta
que puede calmar mi frío.
Me faltas,
pero no como se extraña una voz lejana,
sino como el cuerpo recuerda
el calor que lo hizo temblar de vida.
He hecho del insomnio
un altar para tu nombre,
y cada noche que paso en soledad
teje en mi pecho
una promesa que no se apaga:
volverás,
y cuando vuelvas
no volveré a dormir sin tus latidos cerca.
Porque dormir contigo
no es sólo cerrar los ojos,
es abrir el alma
a la paz de ser amado sin palabras.
Y mientras tanto,
te sueño despierto.
Te hablo en silencio.
Te espero en cada amanecer
como si cada sol fuera un paso
más cerca de tu cuerpo.
Explicación del poema:
Todas las Noches que Aún No Duermo Contigo es un poema que nace desde la melancolía de una ausencia, pero florece en la esperanza del reencuentro. Habla de la intimidad deseada no solo como acto físico, sino como consuelo profundo, emocional y espiritual. La voz poética vive la soledad como una extensión del amor que aún no se consuma del todo, pero mantiene viva la certeza del regreso. Este poema toca el anhelo universal de dormir junto a quien se ama, y lo transforma en una metáfora de conexión total.
Prompt para generar imagen inspirada en el poema:
Una habitación tenue iluminada por la luz azul de la luna que entra por la ventana. En la cama, una sola figura acurrucada, abrazando una almohada vacía, mientras del otro lado de la cama se dibuja la silueta fantasmal de una persona hecha de luz y estrellas. Afuera, un cielo nocturno con constelaciones que parecen susurrar promesas. El ambiente transmite melancolía, esperanza y ternura, con tonos suaves de azul, gris y dorado tenue. Estilo: ilustración poética, realismo onírico, suave y emotiva.