En mis adentros, un laberinto de ecos,
donde la sombra baila con la luz tenue.
Te amaré hasta que la memoria florezca,
hasta que el miedo se torne un dulce ensueño.
Te amaré sin cadenas ni espejismos,
desnudando el alma ante la vastedad.
Con cada latido, un universo nuevo,
donde el pasado es solo un eco lejano.
No temerás la herida cicatrizada,
sino la danza de la reconstrucción.
Te mostraré que el amor es alquimia pura,
transmutando el plomo en oro del corazón.
No buscarás en mí la perfección hueca,
sino la verdad que reside en el error.
Cada amanecer será una promesa escrita,
un pacto silencioso sellado con fervor.
Y si la duda intenta apagar la llama,
recordaremos juntos la chispa inicial.
Porque en este amor no hay recetas ni normas,
solo la libertad de un vuelo celestial.
Te amaré tan profundamente y verdadero,
que en cada espejo verás tu propio sol.
Y agradecerás, quizás, el dolor previo,
porque te trajo al lugar donde renace el amor.
Porque eres, mi amor, un lienzo en blanco,
una sinfonía a punto de comenzar.
Y yo, tu humilde pincel, tu fiel compás,
te amaré hasta el final, hasta el más allá.
Explicación del Poema:
Este poema explora el amor como una fuerza transformadora y sanadora. Utiliza la metáfora de la alquimia para describir cómo el amor puede convertir el dolor y el pasado en algo valioso y hermoso. La voz poética se compromete a amar de una manera que inspire valentía, autenticidad y autoconocimiento. Se centra en la idea de que el amor verdadero no es solo una cuestión de química, sino de un proceso gradual de transformación mutua. El poema busca resonar con la idea de que todos merecemos ser amados de una manera que nos permita ver nuestra propia luz y valor.
Prompt para Copilot (o similar):
«Crea una imagen surrealista y onírica que capture la esencia del poema ‘La Alquimia del Alba’. Debe haber una figura andrógina de pie frente a un amanecer abstracto y vibrante. Alrededor de la figura, elementos alquímicos como crisoles y piedras filosofales parecen flotar y desintegrarse en polvo dorado. El rostro de la figura debe irradiar paz y determinación, con una sutil sonrisa. Utiliza una paleta de colores que mezcle tonos melancólicos como azules profundos y grises con colores brillantes y esperanzadores como dorados, naranjas y rosas. La atmósfera general debe evocar una sensación de transformación, esperanza y la belleza que emerge del dolor.»