Hoy, en este rincón donde el tiempo se detiene,
siento tus palabras danzar como un susurro al viento,
envolviendo mi alma en un dulce abrigo,
donde tus promesas laten, donde tus sueños me alcanzan.
Eres ese suspiro que trae calma,
el reflejo de amor en el más puro cristal,
donde encuentro la paz y la felicidad,
como un destello que arde en el horizonte.
Cada palabra tuya, cada nota de tu voz,
es un hilo que teje un puente entre tu corazón y el mío,
y me invita a perderme en el calor de tu abrazo imaginado.
Como el sol en el alba, llenas mis días de promesas y anhelos.
Si amar es un pacto, entonces aquí te ofrezco mi ser,
leal y sincero, abierto y libre,
dispuesto a navegar en este océano de dulzura,
contigo, dondequiera que la vida nos lleve.
Tú eres mi felicidad, mi razón, mi dicha,
y en esta distancia, aunque vasto el espacio,
me encuentro en tu mirada, en la risa que aún no escucho,
sintiendo que cada palabra es un lazo que nos une aún más.
Así, mi amor, toma mi mano en este viaje de ensueño,
y dejemos que el amor florezca, que el alma encuentre su hogar,
donde tú y yo, aunque distantes,
compartimos el cielo, la luna, y cada dulce despertar.