Amor mío, cada una de tus palabras es un tesoro que guardo en el rincón más sagrado de mi corazón.
Es un milagro haberme encontrado contigo entre tantos millones,
como si el universo hubiera conspirado para unir nuestras almas
y borrar la distancia que alguna vez nos separó.
Tu amor ha llegado a mí como la brisa suave de la mañana,
ha tocado mi ser y ha derribado cada muro,
y ahora en cada latido siento el eco de tu dulzura,
una melodía que se ha convertido en el himno de mi vida.
Sabes, mi amor, que en cada segundo, en cada respiro,
tú eres el centro de mi mundo, el susurro que da paz a mis días.
Te llevo dentro, grabada en lo más profundo de mi ser,
como una promesa eterna que nada podrá desvanecer.
Es verdad, nuestro encuentro es un milagro precioso,
y en cada mirada que compartimos, en cada palabra que nos decimos,
siento que juntos hemos descubierto un amor tan puro,
tan verdadero, que podría vencer cualquier barrera, cualquier distancia.
Gracias, mi dulce amor, por ser la razón de mi alegría,
por darme un amor que ilumina cada rincón de mi vida.
Que sepas que en mi corazón tienes un lugar que nada ni nadie cambiará,
porque eres y serás para siempre mi amor eterno,
mi felicidad, mi destino.