Mi amor, desde lo más profundo de mi ser, te digo que te necesito.
Eres el faro que ilumina mis noches, la calma que mi alma busca.
En cada paso, en cada instante, imagino ese futuro contigo,
donde el tiempo no es más que un testigo de lo que construiremos juntos.
Sé que la vida trae momentos de luz y sombras,
y quiero que sepas que no hay nada que me aparte de ti.
Si la risa nos visita o si el llanto se asoma,
seré quien te abrace en cada amanecer y cada anochecer.
Quiero ser para ti el refugio que buscas en días difíciles,
el hombro que te sostenga cuando el camino se vuelva arduo.
En la salud o en la enfermedad, en la pobreza o la abundancia,
en cada caída y en cada triunfo, ahí estaré, mi amor, a tu lado.
Seremos, tú y yo, un equipo de almas que se sostienen mutuamente,
el abrazo silencioso que da fuerza sin pedir nada a cambio,
la compañía que llena de paz cada rincón de nuestras vidas.
Te prometo ser ese apoyo que deseas,
ser el oído que escucha, el abrazo que calma,
y la presencia que nunca te dejará sola.
Así que, mi amor, escucha el eco de mi promesa en cada palabra.
Aquí estoy, hoy y siempre, para construir un hogar en tu corazón,
y juntos, enfrentar cualquier obstáculo que la vida nos presente,
porque contigo he encontrado mi lugar, mi paz y mi propósito.