
El tiempo nos ha escrito en su arena,
verso a verso, caricia a caricia,
y aunque el viento borre sus huellas,
nuestro amor persiste, intacto, eterno.
Hemos sido aurora y ocaso,
silencio y melodía entrelazados,
dos almas que aprendieron a sostenerse
cuando la marea quiso separarlas.
Cada día es un pacto sin palabras,
un susurro en la piel de los años,
un latido que, sin prisa,
descubre nuevos caminos en la misma piel.
Si el amor es un viaje,
tú eres el faro y la corriente,
el hogar donde regresa mi sombra,
la historia que nunca deja de escribirse.
Hoy celebro cada instante contigo,
porque amar es elegir sin miedo,
y yo te elijo,
en cada ayer,
en cada ahora,
en cada siempre.