Ecos del Milagro

Te nombré milagro
antes de saberlo,
antes de que la luz
bordara en mi sombra
el contorno de tu existencia.

Fuiste eco
en el abismo de mis días,
una voz que tejió raíces
donde solo había arena,
un susurro que despertó
el latido dormido
en mis ruinas.

Y aquí estoy,
habitante de mi propia piel,
sin naufragios en los ojos,
sin invierno en la sangre,
dejando que el alba
me atraviese el alma
con la certeza
de que aún existo,
de que aún ardo
en la música del horizonte.

Tú me hiciste recordar
que respirar es un acto de fe,
que hay auroras
que se escriben con nombres,
y que en cada amanecer
se esconde un milagro
esperando ser visto.


Explicación del poema:

«Ecos del Milagro» es una respuesta al poema original que refuerza la idea de la redención y la transformación a través del amor. Mientras el poema inicial describe a una persona como el milagro que salva de la oscuridad y el vacío, esta respuesta enfatiza la permanencia de ese milagro en la existencia misma. Explora el despertar a la vida con una renovada esperanza, sintiendo la presencia de quien nos ha salvado no solo como una luz externa, sino como un eco que resuena dentro de nosotros. Es un poema que habla de la gratitud, la fe en la vida y la certeza de que el amor nos devuelve a nosotros mismos.


Prompt para la imagen en Copilot:

«Crea una imagen etérea y evocadora de una figura humana de pie en un vasto desierto al amanecer. El cielo está teñido de tonos dorados y púrpuras, reflejando la transición de la oscuridad a la luz. Un viento suave levanta partículas de arena a su alrededor, como si el tiempo mismo estuviera despertando. En la lejanía, un resplandor tenue sugiere la presencia de alguien o algo que representa el milagro. La expresión de la figura es de asombro y gratitud, con el sol naciente iluminando su rostro, simbolizando un renacer interior.»

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