
Me aterra el modo en que tu sombra
se ha convertido en la geografía de mis días,
como si antes de ti el mundo fuera ceniza,
y después de ti, solo quedaras tú.
Caminas en el filo de mis recuerdos,
sin huellas, sin voz,
apenas un murmullo suspendido
en la brisa de un tiempo que ya no vuelve.
Intento hablarte en la lengua de las estrellas,
pero el universo solo guarda silencio,
como si supiera que algunos amores
no tienen destino, solo eco.
Si cierro los ojos, te dibujo
con la luz frágil de la madrugada,
con el temblor de la lluvia
que nunca me toca, pero me cala.
Y aún así, en esta desolación tibia,
en el vaivén de la ausencia que me habita,
crece una certeza:
lo que fui contigo
no se disuelve en el olvido,
se esconde en el alma,
esperando ser hallado.
Explicación del poema
Ecos en la Ausencia explora el amor desde la perspectiva de la pérdida y la permanencia. Utiliza un lenguaje evocador para plasmar la sensación de estar atrapado en los recuerdos de una relación que, aunque ausente, sigue definiendo la existencia del hablante. La melancolía se entrelaza con la esperanza, sugiriendo que los ecos del amor no desaparecen, sino que residen en la memoria y el alma, esperando ser redescubiertos.
Prompt para imagen acorde al poema
«Un paisaje nocturno envuelto en niebla, donde una figura solitaria camina por un camino desdibujado. La luz de la luna ilumina su silueta con un resplandor tenue, mientras sombras difusas y borrosas parecen seguirle, como si fueran ecos de memorias perdidas. La atmósfera es melancólica pero etérea, con detalles sutiles que sugieren un equilibrio entre la tristeza y una suave esperanza.»