
Todavía respiro tu aroma,
ese que se quedó prendido
en los pliegues de mi memoria,
como una flor que nunca muere.
Todavía veo tu rostro
en cada esquina del mundo,
en el reflejo de un espejo,
en la sombra de un árbol.
Mis labios recuerdan los tuyos,
el sabor de un beso
que no se desvanece,
sino que crece en el silencio.
Todavía siento tu piel,
el calor que dejaste en mis manos,
el eco de tu abrazo
que me envuelve en la soledad.
A tu lado, el tiempo se detiene,
y el mundo se convierte
en un jardín eterno,
donde cada instante es primavera.
Todavía escucho tus palabras,
esas que sembraste en mi alma
y que ahora brotan
como versos en mi corazón.
Aunque te hayas ido,
sigo viviendo en el vergel
que construimos juntos,
donde la vida es bella
porque tú la habitaste.
Explicación del poema:
Este poema explora la persistencia del amor y la memoria, incluso en la ausencia. A través de imágenes sensoriales como el aroma, el sabor de un beso y el calor de un abrazo, se transmite la idea de que el amor deja una huella imborrable en el alma. El poema entrelaza melancolía y esperanza, evocando un jardín eterno donde los recuerdos florecen y el tiempo parece detenerse. Es una reflexión sobre cómo el amor trasciende la distancia y el tiempo, convirtiéndose en un refugio que nunca se marchita.
Prompt para crear la imagen en Copilot:
«Un jardín en primavera, lleno de flores coloridas y árboles frondosos. En el centro, un banco de madera vacío bajo la luz dorada del atardecer. Mariposas volando alrededor, pétalos de flores flotando en el aire y un ambiente que transmite paz y nostalgia. La escena debe tener tonos cálidos y suaves, con detalles que evoquen la sensación de un amor que perdura a través del tiempo.»