
Te busco en los rincones del tiempo,
en las esquinas donde el amor se esconde
como un niño que juega a no ser encontrado.
Te busco en las horas que no tienen nombre,
en las madrugadas que no saben si son noche o día,
en los instantes que se deslizan entre los dedos
como arena fina, como promesas que no se cumplen.
Te busco en los sueños que no recuerdo,
en los vuelos que no tienen destino,
en las palabras que no se atreven a ser dichas.
Te busco en la valentía de amar sin garantías,
en el coraje de abrir las manos
y dejar que el viento se lleve lo que quiera,
aunque duela, aunque arda.
Te busco en la complicidad de los silencios,
en las miradas que no necesitan explicación,
en los gestos que dicen más que mil palabras.
Te busco en la melancolía que nos une,
en la desolación que nos hace humanos,
en la esperanza que nos mantiene vivos.
Te busco en el mapa de tus huellas,
en las líneas que dibujan tu piel,
en los caminos que recorren tu alma.
Te busco en el amor que no tiene horarios,
en el amor que no sabe de límites,
en el amor que no teme al final.
Y cuando te encuentre,
cuando por fin te tenga frente a mí,
sabré que valió la pena buscarte,
que valió la pena esperar,
que valió la pena amar.
Explicación del poema:
Este poema es una búsqueda universal del amor, explorando las emociones y sensaciones que acompañan a este sentimiento. A través de imágenes poéticas y un lenguaje evocador, se transmite la melancolía de la espera, la desolación de la incertidumbre y la esperanza vibrante de encontrar a ese ser especial. El poema invita a la reflexión y a la conexión emocional, resonando con lectores de cualquier género o edad al abordar temas universales como el amor, la valentía y la complicidad.
Prompt para la imagen:
«Crea una imagen surrealista que represente la búsqueda del amor. Muestra un mapa antiguo y desgastado, con huellas que se pierden en diferentes direcciones, simbolizando la búsqueda. En el centro del mapa, hay un corazón latiendo, rodeado de relojes que marcan horas diferentes, representando el tiempo y la espera. El fondo debe ser una mezcla de colores cálidos y fríos, transmitiendo melancolía y esperanza. Incluye elementos como un niño jugando al escondite, un pájaro volando hacia un horizonte desconocido y dos figuras humanas que se encuentran en la distancia, simbolizando la complicidad y el amor encontrado.»