El precio de amarte

Amor mío, aceptaré cada riesgo y cada desafío,
pues el precio de amarte, aunque alto, es un tesoro que guardo en mi alma.
La distancia no es barrera, es solo un espacio en el tiempo
que nos permite valorar cada momento, cada promesa, cada suspiro.

Quisiera estar ahí, abrazarte y borrar con mis manos esta lejanía,
y decirte al oído cuánto te he extrañado,
convertir mis brazos en tu refugio, en el lugar seguro que buscas,
donde encuentres paz y sientas que todo mi ser es para ti, y solo para ti.

Sé que el camino del amor no es fácil,
pero juntos aprenderemos a cuidar esta llama,
a que no desfallezca ni siquiera en los días más grises,
porque eres la luz que guía mis pasos, la fuerza que me lleva de vuelta a ti.

Seré, amor mío, como la tierra para el girasol,
el lugar donde tus raíces encuentren sostén y vida,
y tú, la estrella que ilumina mi cielo, el fuego que enciende mi corazón,
la razón que da sentido a cada paso que doy.

No temas a la distancia, porque nuestro amor es eterno,
y, a pesar de los días y las noches que aún faltan,
creo en nuestro reencuentro como creo en cada amanecer,
con la certeza de que, algún día, tú y yo seremos un solo destino.

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