Soy un viajero sin maletas,
un suspiro atrapado en la marea,
un reflejo que nace y se apaga
en el espejo del tiempo.
No traje nada,
no llevaré más que el eco
de las risas que dejé sembradas,
de los abrazos que no retuve,
del amor que fui capaz de dar.
Si todo es brisa,
si todo se disuelve en el horizonte,
¿por qué aferrarnos a las sombras?
¿Por qué llenar los bolsillos
con piedras de rencor?
Quisiera andar ligero,
dejar solo huellas en el viento,
ser la caricia que nadie espera
pero que todos recuerdan.
Porque si el viaje es breve,
quiero que mi rastro
no pese,
sino ilumine.