Quiero escribir mis versos en tu piel,
trazar cada poro y beber de tu aliento,
acariciar el prólogo firme de tu ser
y deshacer mis labios en letras,
salivas hechas del abecedario.
Quiero las aguas de tu vida sin medida,
ternuras embotelladas con destinos urgentes.
Amarrarlas. Sostenerlas. Licuarlas.
Que se fundan en mi alma,
en mi carne,
en mi vientre,
para siempre.
Deseo que cada beso sea lengua del “te quiero”,
escrito en mayúsculas,
sin pausas ni adverbios,
una prosa desnuda, bien tallada
con el cincel de mi arte,
en el verbo eterno de tu nombre.