Amor mío, no busco perfección, sino la esencia pura de tu ser,
esa paz que traes contigo, tan sencilla, tan sincera,
como un refugio en el que puedo descansar mi corazón.
Tu amor es como un susurro suave, una melodía tranquila,
y en él encuentro la verdad que siempre he buscado.
No importa el lujo, no importa lo material,
pues en tu cariño, tengo el tesoro más grande que puedo imaginar.
Eres tú, con tu dulzura y esa alma serena,
quien me enseña que lo más valioso no tiene precio,
que el amor verdadero no necesita adornos, solo honestidad.
Me entrego a ti con un corazón lleno de gratitud,
deseando abrazar cada rincón de tu mundo,
respetar tus silencios, comprender tus emociones,
y ser ese amor en el que puedas descansar sin miedo.
Yo también anhelo un amor como el tuyo,
simple y profundo, tan libre de expectativas,
donde podamos ser, sin máscaras ni pretensiones,
un amor que no busca más que dar sin reservas,
que no pide más que un espacio en tu corazón.
Mi amor, aquí estoy, dispuesto a caminar a tu lado,
a construir juntos un mundo en el que solo importe lo esencial:
tu risa, tu mirada, esa paz que envuelve nuestros días.
En este amor, te prometo la sencillez de un cariño eterno,
donde ambos podamos ser, simplemente, nosotros mismos.