
Permíteme habitarte,
no con la prisa del deseo,
sino con la ternura
de quien encuentra refugio en otro corazón.
Déjame ser brisa
sobre la geografía sagrada de tu piel,
una caricia que no busca poseer,
sino despertar memorias dormidas
bajo la luna callada.
Quisiera ser voz que susurra
en la penumbra del insomnio,
una palabra cálida
que te arrope cuando el mundo
te parezca demasiado frío.
Si me dejas,
te nombraré en mis silencios,
te escribiré en el aliento
que se escapa entre los sueños,
y te abrazaré
como se abraza lo que se teme perder.
No quiero ser fugaz,
ni un eco entre tantos.
Quiero ser tu constelación favorita,
esa que buscas cuando cierras los ojos,
aunque no recuerdes su nombre.
Y si alguna vez dudas,
deja que mis manos te hablen,
que mi alma te repita
lo que no cesa de brotar en mí:
que te amo,
sin principio, sin medida,
sin final.
Explicación del poema:
Permíteme Habitarte es una súplica amorosa envuelta en lirismo y vulnerabilidad. El hablante poético no exige, ruega desde el amor consciente y maduro ser parte del otro no solo en cuerpo, sino en alma. El poema fluye entre imágenes sensoriales y espirituales, evocando la necesidad de conexión profunda, de ternura persistente. La melancolía de la soledad y el anhelo se mezcla con una esperanza radiante: la posibilidad de ser plenamente correspondido en un amor eterno, delicado y espiritual.
Prompt para imagen acorde con el poema:
Una escena poética e íntima bajo la luz suave de la luna. Dos figuras humanas abrazadas con ternura sobre una colina, rodeadas de estrellas visibles en un cielo profundo. Una brisa mueve suavemente sus ropas mientras una constelación brilla intensamente sobre ellos. La atmósfera debe transmitir calidez, conexión espiritual y amor profundo. Estilo pictórico, con trazos suaves y etéreos, en tonos azul noche, dorado tenue y piel cálida. Que evoque ensueño, deseo sereno y amor eterno sin necesidad de mostrar rostros, solo la fusión emocional de ambos cuerpos bajo el universo.