Resonó en mi pecho

Amada mía, cómo resonó en mi pecho
el eco de tus palabras, como estrellas
en un cielo que no conoce final,
como un secreto eterno que nunca se marchita.

Sí, el universo estalla, cae, arde,
y los meteoros dibujan caminos fugaces,
pero tu alma se entrelaza a la mía
como raíces que habitan un mismo suelo,
como el mar abrazado por la luna.

Eres parte de mí, de cada latido,
y aunque el tiempo desgaste todo fruto,
en el alma crece un árbol inmortal,
regado por el amor que nos sostiene.

No hay altar que nos limite ni pregunta sin respuesta,
ni tiempo que nos borre, amor,
porque te llevo aquí, en mis huellas, en mi ser,
y vivirás en mí, en cada verso, en cada suspiro.

Así te prometo, como la noche promete al sol,
que mientras haya estrellas en el cielo,
tú vivirás, amor mío, para siempre en mí.

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