Tu sonrisa es un jardín de flores,
donde las abejas hallan su destino,
dulce y bella, como la luz del día,
tus labios esbozan mi amor divino.
En tu risa veo el brillo del sol,
y aunque digas que parezco una abeja,
me sumerjo en la miel de tus palabras,
y en tu mirada, mi alma se refleja.
Tu encanto es un regalo de la vida,
y cada gesto tuyo, un poema en flor,
no importa lo que digas de mi forma,
mi corazón te ve como su amor.
Ríete y sé feliz, mi bella musa,
que en tu alegría encuentro mi razón,
seré tu abeja, volando en tu jardín,
buscando siempre el néctar de tu corazón.