Hay miradas que no preguntan,
pero responden a todo.
Hay silencios que incendian la sangre
como si supieran mi nombre
antes de oírlo.
Te sentí antes de conocerte,
como si tu esencia
hablara con la mía
en un idioma olvidado por el mundo.
Y fue un minuto.
Uno solo.
Pero en él cabían todas las vidas
que no viví contigo.
No sé cuántas veces he respirado,
pero desde que apareciste,
cada respiro te recuerda.
No sé cuántos cuerpos he rozado,
pero ninguno habló con el mío
como el tuyo,
sin decir una palabra.
No es tiempo lo que construye la llama,
es la chispa.
Ese instante sin lógica
en que dos almas
se reconocen.
Y aunque mañana te vayas,
o yo me pierda,
ese minuto tuyo
ya es parte de mi eternidad.
Explicación del poema:
“Un Minuto Eterno” explora la poderosa conexión emocional y espiritual que puede surgir entre dos personas en un instante. Inspirado en la idea de que la química entre almas trasciende el tiempo, el poema revela cómo un solo momento puede marcar profundamente más que años enteros. Utiliza imágenes sensoriales y símbolos de fuego, silencio y memoria para transmitir un amor que no necesita duración, sino intensidad y reconocimiento mutuo. La atmósfera oscila entre la melancolía de lo fugaz, la desolación del “lo que pudo ser” y una esperanza vibrante en el eco eterno de un instante verdadero.
Prompt para imagen:
Una escena onírica y simbólica de dos siluetas humanas (de género neutro) frente a frente, envueltas en un resplandor suave que surge entre ellas como una chispa luminosa. El fondo es atemporal: un paisaje etéreo que mezcla cielo estrellado, relojes derritiéndose como en los sueños, y elementos que evocan el tiempo detenido (flores flotando, arena suspendida en el aire). La expresión en sus rostros transmite intensidad emocional, reconocimiento y nostalgia. Estilo artístico: poético, melancólico, luz suave, detalles difuminados, tonos azules y dorados.