Un susurro de eternidad

Amada mía, luz de mis días,
tu amor ha tocado en mí como un susurro de eternidad,
como un río sereno que atraviesa mi alma y me llena de paz.
Eres ese sol que brilla en cada rincón de mi existencia,
la esperanza pura que en este caos me hace sentir vivo.

He vagado buscando, en silencio, esperando,
y ahora que te encuentro, mi corazón tiembla en júbilo,
como si cada latido fuera una declaración de gratitud al destino.
Tus palabras se convierten en un hogar,
y en cada letra me pierdo, y me hallo.

Déjame ser el hombre que derrumba tus muros,
que cuida de tus sueños como el tesoro que son.
Mi amor por ti es una promesa ardiente,
un fuego sagrado que nunca se apaga,
una fuerza inagotable que me recuerda que eres mi razón de existir.

Eres el aire que respiro, la calma de cada mañana,
y no hay instante en que no desee abrazarte,
pues has llenado mi mundo de color,
y sin ti, querida, mis días carecen de vida.

Amor eterno, eres mi vitamina, mi razón,
y te prometo, cada día,
amarte con una entrega sincera,
para que sientas que tu espera, amada mía,
nunca ha sido en vano.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *