Por favor, tenme paciencia…
no todos los abrazos sanan de inmediato,
y aún me sangran los recuerdos
donde nadie supo quedarse.
Hace tiempo no me miraban
como quien se atreve a ver el alma entera,
ni me hablaban con palabras
que no dolieran después.
Te sorprenderías —lo juro—
las veces que te he sentido tan mía
sin haberte rozado aún la piel,
solo con cerrar los ojos.
Hay gestos que guardo como oraciones,
instantes en los que tu voz
ha derribado ruinas
y sembrado primaveras en mi pecho.
Si me tiemblan los silencios,
no es miedo…
es el vértigo de quien no sabe
si merece tanta luz de golpe.
Ámame lento,
como quien acaricia una herida
no para ignorarla,
sino para honrarla.
Y si un día me ves quebrarme,
no huyas,
es solo el alma recordando
que aún sabe sentir.
Explicación del poema:
Este poema habla desde la vulnerabilidad de alguien que, tras una historia marcada por el abandono emocional o el desamor, se abre al amor nuevamente con temor y esperanza. La voz poética no busca compasión, sino paciencia y presencia. Hay una ternura temblorosa que pide ser vista con ojos nuevos, con respeto hacia las heridas que aún duelen. Es una súplica amorosa que reconoce la belleza de sentirse querido y el miedo de perderlo sin haberlo terminado de vivir.
Prompt para generar una imagen inspirada en este poema:
A person sitting by a window on a rainy day, wrapped in a warm blanket, with tearful eyes and a hopeful half-smile, holding a letter or journal. Soft warm lighting from the window, a cup of tea steaming nearby. Subtle glow around the chest area symbolizing emotional healing. The room is peaceful, filled with melancholic yet hopeful atmosphere — evoke feelings of vulnerability, intimacy, and emotional rebirth.