
Hay ausencias que duelen
como páginas arrancadas
del único libro que querías releer.
Y sin embargo, sigo leyendo,
con los ojos empañados
y el alma en voz baja,
por si acaso regresas en alguna línea.
Perderte fue como perder un trozo del cielo
que no sabía que miraba.
Una grieta en el tiempo
por donde escapan los sueños
que no llegamos a vivir.
Pero la vida,
caprichosa como la lluvia que moja
justo cuando te habías refugiado,
me sorprendió con una mirada nueva
que no buscaba,
pero reconocí
como si mi alma la hubiese inventado
en alguna noche de insomnio.
Llegó sin ruido,
como el susurro de una esperanza
que no se atreve a prometer nada,
pero en su silencio florece todo.
Y entendí que no siempre se trata
de lo que perdimos,
sino de lo que aún puede llegar
cuando ya no creíamos en los milagros.
Porque hay abrazos
que no curan la herida,
pero te enseñan a vivir con ella
sin sangrar.
Y así,
sin esperarlo,
sin soñarlo siquiera,
alguien llegó y me sostuvo el corazón
como quien encuentra
una flor creciendo en la grieta de una ruina.
Explicación del poema:
«El Regalo Inesperado del Destino» es un poema que transita entre la pérdida y la esperanza. A través de una voz introspectiva, expresa el dolor de perder a alguien significativo, pero también la maravilla de recibir, sin planearlo, un nuevo amor o una nueva presencia que sana de formas silenciosas. Utiliza simbolismos como grietas, libros, lluvia y flores para representar el dolor, la transformación y la resiliencia emocional. Su tono melancólico se equilibra con una fe luminosa en las sorpresas del destino.
Prompt para generar imagen acorde:
“Una figura andrógina de pie en una biblioteca en ruinas, sosteniendo una flor que brota entre las grietas del suelo. La escena está iluminada por una luz suave al atardecer que entra por una ventana rota. Afuera, se vislumbra un cielo nublado con un tenue rayo de sol atravesando las nubes. La atmósfera transmite melancolía, pérdida y una serena esperanza.”