
Te amo no por lo que das,
sino por lo que eres:
un río que no pide permiso
para fluir,
un fuego que no teme
consumirse.
Te amo en tus silencios,
en esos instantes
donde el mundo parece detenerse
y solo existimos tú y yo,
dos almas que se reconocen
en la penumbra.
Te amo en tu rebeldía,
en esa forma de caminar
por la vida con los puños abiertos,
dispuestos a dar,
a tender la mano,
a construir puentes
donde otros solo ven abismos.
Te amo en tu imperfección,
en esas grietas que dejas al descubierto,
porque sé que por ahí entra la luz,
y es esa luz la que me guía
cuando me pierdo en mí mismo.
Te amo en tu ausencia,
en esos momentos
donde el eco de tu risa
se convierte en mi refugio,
y el vacío que dejas
se llena con la esperanza
de que volverás.
Te amo no como un acto de posesión,
sino como un acto de liberación,
porque en tu libertad
encuentro la mía,
y en tu amor
encuentro el mapa
de mis propias huellas.
Explicación del poema:
Este poema explora el amor desde una perspectiva universal, enfocándose en la esencia del ser amado más que en sus acciones o cualidades específicas. Se celebra la libertad, la imperfección y la rebeldía como elementos fundamentales de una conexión profunda y auténtica. El poema entrelaza melancolía y esperanza, creando una atmósfera que invita a la reflexión sobre el amor como un acto de liberación y reconocimiento mutuo.
Prompt para la imagen:
«Crea una imagen surrealista que represente a dos figuras humanas, sin rasgos definidos de género, caminando juntas sobre un mapa que se desvanece en el horizonte. Una de las figuras tiene las manos abiertas, liberando luciérnagas que iluminan el camino, mientras la otra figura observa el cielo, donde las estrellas forman constelaciones que se asemejan a huellas. El fondo debe combinar tonos cálidos y fríos, creando un equilibrio entre melancolía y esperanza, con un ambiente que transmita conexión y libertad.»