
Cada amanecer contigo es un mapa sin trazar,
un lienzo blanco donde el sol dibuja promesas,
y el viento susurra secretos que solo tú y yo entendemos.
Eres la brújula que guía mis pasos
hacia lo desconocido,
y aún así, contigo, todo parece hogar.
En tus ojos, encuentro galaxias ocultas,
lugares donde nunca he estado,
pero que reconozco como míos.
Tu risa es la chispa que enciende cada jornada,
el faro en medio de mis mareas inciertas.
Contigo, el mundo no tiene esquinas.
Cada calle es un poema que espera ser leído,
cada instante, una pausa que respira belleza.
Las tormentas se tornan en danzas
cuando siento tu mano entrelazada en la mía,
y la incertidumbre se viste de esperanza.
No hay fin en esta aventura que eres tú.
Eres la historia que quiero seguir escribiendo,
un horizonte que nunca se apaga,
la única certeza en un universo de preguntas.
Y mientras estemos juntos,
no habrá día que no sea una maravilla,
ni noche que no traiga sueños compartidos.