
«Aurora en tus labios»
¿Acaba de salir el sol o me has sonreído?
No hay distinción en la claridad que disipa mi sombra,
en ese fulgor tímido que rasga el velo
de una noche que nunca deja de murmurar.
Te observo como quien mira el horizonte,
no buscando un final, sino el misterio
del instante en que el día se entrega a la penumbra.
Eres esa línea incierta,
donde lo eterno parece posible,
y lo posible, eterno.
Tu voz es un eco de alas en un bosque dormido,
susurros que despiertan los troncos heridos
y convierten la bruma en un mapa de luces.
Tu silencio, sin embargo,
es un abismo que susurra
lo que jamás me atrevería a preguntar.
No sé si te amo o si simplemente
he aprendido a existir en el ritmo de tus latidos.
Es extraño cómo el corazón encuentra hogar
en lo que jamás podrá poseer.
Y aun así, hay una esperanza vibrante
que crece entre las grietas de mi desolación:
un brote verde que desafía al invierno,
un alba que insiste en teñir el horizonte.
Dime, ¿acaba de salir el sol,
o acaso me has dejado vivir
en el fulgor interminable
de tu sonrisa?