
Después del amor,
queda el eco en la piel,
como ceniza tibia que no se decide a volar.
El cuerpo recuerda lo que el alma no sabe decir:
un roce,
una risa que ardía,
una mirada que dolía de tan cierta.
Yo no sé si fue cielo,
o el abismo disfrazado de promesa,
pero hubo un instante —
¡uno solo! —
en que el mundo dejó de girar
y todo lo imposible se volvió respirable.
Ahora camino con tus sombras
anudadas a mis pensamientos,
como lunas que no supe retener
cuando el amanecer vino a cobrarse su parte.
¿Fue amor o fue locura?
Tal vez ambas,
porque sólo el verdadero deseo
puede llevarnos tan alto
y luego dejarnos caer
con tanta dulzura.
Y sin embargo,
volvería a arder
si supiera que al final
me esperas entre ruinas
con las manos abiertas.
Explicación del poema:
“Después del Incendio” es un poema que explora la huella emocional del amor después de su clímax, cuando ya no queda el vínculo tangible pero sí las sensaciones indelebles. La voz poética no asigna género ni identidad fija a quien ama o a quien recuerda, haciendo de la experiencia algo universal. El poema habla del vértigo de amar intensamente y la inevitable caída que sigue al éxtasis. El fuego, el cielo, las ruinas y la ceniza funcionan como símbolos de la transformación emocional. Aunque hay desolación, se percibe también una esperanza vibrante: la posibilidad de volver a sentir, incluso si ello implica volver a arder.
Prompt para crear la imagen acorde con el poema:
Una figura solitaria de espaldas, caminando entre ruinas bañadas por una luz cálida de atardecer. A su alrededor, restos de pétalos quemados flotan en el aire como cenizas doradas. El cielo está dividido entre tonos de fuego (naranja y rojo suave) y sombras azules melancólicas. A lo lejos, en medio de los escombros, una silueta lejana extiende los brazos, apenas visible, como una promesa. El estilo debe ser onírico y simbólico, con una atmósfera emocional que combine nostalgia y belleza serena.