
No quiero amarte como se ama al recuerdo,
quieto, inmóvil, intacto.
Quiero amarte como se ama al fuego,
con manos que arden y ojos que no se esconden.
No basta con pronunciarte —
quiero pronunciarte con los labios pegados al alma,
y que cada sílaba te estremezca como viento en la piel mojada.
Miro tu cuerpo como se mira una constelación:
no por su belleza lejana,
sino por la urgencia de acercarme,
de tocar con los dedos el brillo que no pide permiso.
No te deseo en ausencia,
no en la idea, no en la promesa.
Te deseo aquí, en el temblor de lo posible,
en la mirada que no miente
y en el silencio que huele a aliento compartido.
Que mis palabras no te nombren en vano,
que mi presencia te roce incluso cuando no hablo.
Que sientas que todo en mí —mi sombra, mi impulso, mi herida—
te dice sin decirlo: quiero ser tuyo,
no como objeto, sino como eco de tu alma.
Explicación del poema:
«Donde el Deseo Tiene Nombre» es una pieza poética que transita entre el amor profundo y el deseo sincero, sin caer en la banalidad ni en la superficialidad. Es un poema que invita a pensar el deseo no solo como atracción física, sino como un lenguaje cargado de intención, presencia y vulnerabilidad. En sus versos se funden la necesidad emocional con la pasión silenciosa, resonando con quienes alguna vez han querido ser deseados por completo, más allá de lo visible.
Prompt para crear la imagen acorde al poema:
Una imagen sugerente pero poética, que muestre dos figuras humanas cercanas pero sin contacto explícito: una está mirando intensamente a la otra, con los rostros apenas iluminados por una luz cálida, como de velas o atardecer. La escena debe transmitir un deseo profundo y emocional, no explícito, sino vibrante y lleno de tensión suave. El entorno es íntimo: una habitación con sombras suaves, tejidos cálidos y detalles como una ventana entreabierta o una vela encendida. El estilo debe ser realista con matices pictóricos, destacando la emoción contenida y la conexión invisible entre ambos.