No esperaba encontrarte en la última curva,
cuando la piel ya sabe del peso de los inviernos
y las manos tiemblan más por la memoria que por el frío.
Y, sin embargo, aquí estás,
como si el destino hubiera guardado tu nombre
para susurrarlo justo cuando olvidaba cómo se pronuncia el amor.
Llegas con la furia dulce de la primavera
a sembrar raíces en un alma cansada,
a despertar en mi pecho
ese temblor olvidado
que alguna vez llamé juventud.
Me asusta lo que enciendes,
porque no sé si el tiempo nos alcance
para todas las caricias que aún no sé darte,
ni para los versos que laten desesperados en mi boca.
Pero te amo,
con esa ternura feroz
de quien sabe que ya no hay más trenes
ni más amaneceres prestados,
y aun así, se lanza
a naufragar en tus ojos.
Amarte ahora es mi acto de fe,
mi último desafío a la muerte,
mi manera de gritarle a la vida
que aún tengo corazón,
y que late por ti.
Explicación del poema:
«Cuando el Otoño Nos Encuentra» explora la llegada inesperada del amor en la madurez o el ocaso de la vida. La voz poética, sin género ni edad definida, se debate entre la melancolía por el tiempo perdido y la esperanza vibrante de un amor que renace cuando menos se espera. Es una oda a las segundas oportunidades, al poder del amor para revitalizar incluso los corazones cansados y recordarnos que mientras respiremos, siempre habrá espacio para sentir y soñar.
Prompt para la imagen:
«Ilustra una escena otoñal cargada de simbolismo y emoción. Una figura de género neutro y edad indefinida, de pie bajo un árbol de hojas doradas que caen lentamente. La figura mira hacia el horizonte donde el sol se pone en tonos cálidos de naranja, rojo y dorado. En su expresión se mezcla la nostalgia y la esperanza. El viento arrastra las hojas como si fueran recuerdos. Al fondo, un paisaje sereno que transmita la idea de los últimos años de la vida, pero con un destello de renacer. La atmósfera debe combinar melancolía, desolación y una vibrante esperanza.»