Donde el Tiempo Nos Espera

En el silencio que deja tu nombre,
resuena un eco que no se desvanece,
como el rumor de un río que fluye
hacia un mar que nunca alcanza.

Tu recuerdo es una sombra larga,
un atardecer que se niega a morir,
y en cada esquina de mi pecho,
late un vacío que solo tú podrías llenar.

Quisiera ser el aire que respiras,
el hilo invisible que teje tus sueños,
la melodía que no sabías que buscabas,
y el susurro que calma tus noches.

Pero hoy solo soy un faro sin luz,
un jardín de flores que nunca florecen,
esperando que cruces el umbral
y devuelvas el color a mi horizonte.

Aun así, en esta desolación,
hay una esperanza que no se apaga,
porque el amor no es solo lo que vivimos,
sino lo que imaginamos en la quietud.

Y en cada latido, en cada respiro,
siento que tu esencia me habita,
como una estrella que guía mis pasos
hacia un lugar donde quizás nos encontremos.

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