Donde Habita el Amor

Te amo en los suspiros que olvidaron las palabras,
en las pausas entre latidos,
allí donde el silencio respira.
Eres la marea que llega sin ser llamada,
el eco que se queda cuando el mundo calla.

Te encuentro en las grietas de mi alma,
donde la luz no sabe cómo entrar,
pero tu calor, como un sol paciente,
despierta jardines en mi desierto.
Eres raíz y vuelo,
el puente que une lo que soy y lo que temo ser.

En tus ojos, he leído constelaciones
que no existen en ningún mapa,
y sin embargo, me guían.
Eres brújula y destino,
el horizonte que nunca deja de amanecer.

Cuando te pienso, el tiempo pierde su nombre,
las horas se desvanecen
y queda solo el roce de tu risa,
un hilo dorado que me une a la vida.

Te amo con el peso de las sombras
y la liviandad de los sueños,
con la certeza de quien conoce la tormenta
y aún así confía en el cielo azul.

En ti, habita la promesa infinita:
que aunque todo caiga,
el amor será siempre un refugio
donde la esperanza prende su llama
y arde sin consumirse.

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