Ecos de tu esencia

Te miro y la luna tiembla,
como si en tu reflejo encontrara su destino,
como si el viento que agita tu cabello
fuera el susurro de un universo rendido a tus pasos.

No hay reyes ni tronos,
solo el pulso del tiempo latiendo en tus huellas,
la noche bordando su terciopelo en tu espalda,
el día pintando su albor en tus labios.

No te nombro, porque el nombre es un límite
y en ti todo es infinito.
No te poseo, porque eres un río
y el agua nunca pertenece a las manos que la beben.

Déjame perderme en la brisa que deja tu risa,
en la sombra que baila detrás de tu sombra,
en la silueta de un sueño que solo tú puedes habitar.

No hay destino que no te contemple,
ni cielo que no te añore.
Eres la voz que el silencio ansía,
el instante que la eternidad envidia.

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