
Tu boca, llama que arde en mi pecho,
licencia sellada con fuego y deseo.
Me entrego al abismo que en tus labios encuentro,
y me deshago en suspiros que habitan el tiempo.
Tu boca es el néctar que calma mi herida,
manantial que consume la sed de mi vida.
En cada roce, soy presa y autora,
propietaria de un vicio que siempre enamora.
Es tu boca, mi destino y mi cruz,
el eco insaciable de mi amor y mi luz.