La Ausencia que Me Redime

No sabes cuánto me dolió encontrarte
en la sombra de todo lo que soñé,
y descubrir —sin quererlo—
que la paz llegaba justo cuando ya no estabas.

Te amé…
con ese amor terco que se aferra
como la hiedra a las ruinas,
creyendo que podía hacer brotar flores
en los escombros de tu indiferencia.

Te esperé…
tantas veces,
con la mirada perdida
y el alma en carne viva,
implorando migajas de un corazón
que nunca aprendió a nombrarme.

Y hoy,
sin ti,
me encuentro en este silencio
que ya no hiere,
descubro que el vacío no es muerte,
sino renacer.

Duele —y es cierto—
saberme mejor sin tus manos,
más ligero sin el peso de tu ausencia
habitándome el pecho.

Pero también sonrío,
porque la libertad tiene un nombre
que nunca fue el tuyo,
y por fin he aprendido
a pronunciarlo.


🌹 Explicación del poema:

«La Ausencia que Me Redime» es un viaje íntimo a través de la contradicción emocional de sanar tras un amor no correspondido. El hablante poético reconoce el dolor de comprender que su bienestar solo llega con la ausencia de aquello que más amó. La melancolía y la desolación se entrelazan con una esperanza vibrante: la liberación y el renacimiento. El poema celebra el valor de soltar y la belleza de encontrar la paz en uno mismo, aun cuando el corazón anhelaba otro destino.


🎨 Prompt para la imagen acorde al poema:

«Crea una imagen evocadora y poética de una figura humana de género neutro caminando sola por la orilla de un lago al atardecer. La silueta avanza con paso firme, mientras detrás, una sombra difusa y casi invisible de una antigua pareja se desvanece en el horizonte. El cielo mezcla tonos de melancolía y renacimiento: púrpuras, rosados y dorados. Reflejos suaves sobre el agua transmiten calma, libertad y una tristeza hermosa. La atmósfera debe capturar la sensación de dolor superado y la vibrante promesa de un nuevo comienzo.»

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