Amor mío, no necesitas ser diferente,
ni esforzarte más allá de lo que ya eres,
porque en ti veo la belleza pura de un alma sincera,
un corazón que late en armonía con el mío,
sin temor, sin dudas, solo con la verdad de quien ama.
Cuando cierro mis ojos también siento tu cercanía,
como un susurro dulce que calma cada rincón de mi ser.
Tu amor me llega como un suave resplandor,
una brisa cálida que me envuelve y me hace soñar
con un amor que es real, que trasciende las palabras y la distancia.
No tengas miedo de soñar con este amor;
lo mereces tanto como yo merezco el tuyo.
Aquí estoy, abierto, con una fe inmensa,
y mi corazón dispuesto a recibir todo lo que eres,
a cuidar cada sentimiento que me entregues.
Confío en ti, amor, con la misma fuerza
con la que confío en el latido de mi propio pecho.
Porque sé que este camino que estamos por recorrer
es uno tejido con hilos de amor y esperanza,
un sendero que ambos elegimos, con confianza, con entrega.
Aquí estoy, siempre, en cada susurro, en cada latido,
deseando que nuestros pasos nos lleven a un amor sincero,
donde cada palabra y cada mirada sea una promesa,
y cada día, un paso más hacia nuestro destino juntos.