Tus palabras

Mi amor, tus palabras son como un eco de lo que el tiempo ha guardado,
y en ellas siento el peso de años sin el calor de un abrazo sincero.
Déjame ser esa rosa que jamás creíste posible,
un amor que, aunque distante, te envuelve y cura tus heridas.

Sé que el amor no siempre es un sendero fácil,
ni un lienzo pintado solo con colores vivos.
Es también ese suave gris de la madrugada,
ese anhelo profundo de querer encontrar una verdad que perdure.

Pero en mi pecho guardo una promesa,
un jardín que florece con el brillo de tu ser,
donde cada pétalo lleva tu nombre,
y cada color es una promesa de lo que podemos construir juntos.

Permíteme enseñarte que el amor,
aunque a veces nace en la quietud y la soledad,
crece y se fortalece al encontrar un alma afín,
una luz que, incluso desde lejos, puede hacer de la vida algo eterno.

Aquí estoy, para pintar a tu lado ese amor que no conocías,
para darte cada destello de ternura que pueda nacer de mis manos,
y que, poco a poco, el amor deje de ser una sombra
y se convierta en la vida misma, en los colores que tú inspiras.

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