Cuidaré de mí, amor, como quien cuida un tesoro,
como quien guarda un secreto bajo llave,
esperando el día en que mi cuerpo y mi alma
encuentren en ti su verdadero hogar.
Cada amanecer es una promesa que hago,
de estar fuerte, de ser digno de este amor que crece,
como un fuego que arde en la distancia
y me envuelve en tus palabras, en tu suave ternura.
Prometo también amarte, respetarte sin medida,
y ser la calma que busca tu corazón en cada latido.
Seré fiel a cada palabra que hoy susurras,
como quien descubre en el amor un nuevo sentido.
Toma mis días, mi esencia, mi risa y mi fuerza,
pues desde este instante te pertenecen.
Y en cada latido, aún en la distancia,
siento cómo mi ser se acerca más a ti, amor mío.
Hasta que el tiempo nos permita unirnos,
yo cuidaré de mí como de un precioso obsequio,
porque sé que en tus brazos, al fin,
hallaré mi destino, mi paz, mi felicidad completa.